¿Era la Cárcel un estorbo o un patrimonio incomodo?

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La destrucción de la totalidad del edificio de lo que fue la antigua cárcel de Carabanchel no ha sido lo suficientemente valorado por los vecinos de su entorno, el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid, y tampoco por las más altas estancias del actual Gobierno, como una pérdida irreparable..



Sin duda era para la gran mayoría, el edificio conocido…en cuanto a su legendaria historia acerca de los miles de personajes que por sus muros penaron injusticias y, a su vez, el más desconocido en lo que se refiere a su alto potencial como valor arquitectónico interior y compositivo.


De haberse mostrado el más mínimo respeto a la Ley de Patrimonio, por partes de expertos y politiquillos de turno, las posibilidades que se hubieran podido obtener con su conservación hubieran sido de tal magnitud que habría sido la seña de identidad del distrito y un punto de singular atracción e importancia en la capital de este país, a veces tan iconoclasta.


Los que tuvimos el efímero honor de recorrerlo, mostrarlo y dolorosamente defenderlo, ante la insensibilidad del Mº del Interior y otros muchos foros a los que acudimos, nos ha dejado un poso de amargura cuando en aquellas aciagas noches del pasado octubre, amparados en la oscuridad, las máquinas procedían a demoler y derrumbar el corazón del histórico edificio: la cúpula, una de las más grandes de Europa en sus características constructivas, sin duda un ejemplo único.




No perdieron sólo sus defensores, si no toda la sociedad, el barrio, incluso aquellos que en su necedad pensaron que era un obstáculo para otros proyectos ya conquistados, como era el hospital y otros posibles…Todo hubiera sido asumible, usando la inteligencia, una dosis de voluntad política y junto a un nuevo diseño arquitectónico, el resultado hubiera sido el orgullo de propios y extraños.


Pero frente a esto no hemos topado con argumentos de falsa ruina, de mala intención y, como no, la enésima burda, pura y dura especulación urbanística auspiciada desde este Gobierno, que tanto dice criticarla.


Si perdimos el patrimonio del edificio visible, es difícil pensar cómo vamos a defender el que “no se ve”, con ello me refiero a lo que la inmensa mayoría desconoce, que es ni más ni menos que el yacimiento arqueológico de origen carpetano e hispano- romano, que se remonta hasta 23 siglos atrás y que está latente en ese mismo subsuelo. Si éste se desentrañara y viera la luz, sería una riqueza de tal calibre de conocimiento colectivo, que nos sorprendería.


Es necio pensar que esto pudiera frenar cualquier proyecto futuro, puesto que podría quedar hipotéticamente dentro de él. De momento sólo hay silencio administrativo cómplice.


Un nuevo incumplimiento de la Ley de Patrimonio Español


Actualmente el desolado terreno donde se asentaba la cárcel, nos permite viajar en el tiempo a 1940.


Este es el mismo aspecto como lo dejaron y vieron los más de mil prisioneros republicanos, que en un régimen de esclavitud y trabajos forzados construyeron, si quererlo, lo que llegó a ser el punto de referencia de la represión franquista.


Hoy es sólo una memoria etérea, pero perseveraremos para que en ese mismo lugar se materialice algo digno que rememore el pasado de una forma constructiva y repare tantos daños en la memoria de los que injustamente los sufrieron.


Es otra forma de hacer patrimonio común.









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GUERRAS OLVIDADAS