“Israel llegará hasta donde le dejen, no les interesa definir sus fronteras”

SIMPOSIO: LAS POLÍTICAS EN ORIENTE MEDIO: MITOS Y REALIDADES II



- Teresa Aranguren: “La capacidad de resistencia de la población palestina está basada en un sentimiento solidaridad y de identidad como pueblo”


- Raja Deeb: “La naturaleza racista del estado israelí es el principal obstáculo”


- Mahmoud El Ali: “Israel nunca ha considerado la solución de los dos estados”

Madrid, 16 de diciembre de 2009.-


“El olvido, la indiferencia y el mirar para otro lado añade un elemento especial de sufrimiento a la causa palestina”, destacó ayer Teresa Aranguren moderadora de la conferencia “El olvido de Palestina y sus causas” que se celebró en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Este encuentro internacional, organizado por la Asociación Cultura, Paz y Solidaridad, cuenta con la presencia de ponentes de gran relevancia en el entramado de los países de la cuenca Mediterránea, desde donde han viajado a Madrid destacados intelectuales, responsables políticos y miembros de la resistencia.


El acto contó con las ponencias de Eytan Bronstein, judío de origen argentino afincado en Israel, fundador y director de la organización Zochrot y Mazen Qumsieh, investigador en la Universidad de Belén y presidente del Centro Palestino para el acercamiento de los Pueblos, así como con una mesa redonda en la que participó éste último junto con Mahmoud El Ali, Oficial de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) yRaja Deeb, refugiado y miembro de AIDOUN Siria.


Todos los ponentes coincidieron en destacar la necesidad de sacar a la luz lo que ocurre en Palestina, así como en la importancia de la concienciación social, más allá de los acuerdos políticos. Tal y como señaló Teresa Aranguren, la tragedia de Palestina “puede estar pasando ahora mismo, pasó años atrás y pasará mañana, sin que pase nada”, porque estamos acostumbrados a mirar hacia otro lado.


Abrir los ojos, reconocer la Nakba
Nakba significa “catástrofe” o “desastre” en árabe y es el término utilizado para designar al éxodo palestino que se produjo entre junio de 1946 y mayo de 1948 como consecuencia de la Guerra árabe-israelí de 1948. Sin embargo, la sociedad israelí y el mundo occidental parecen ignorar este hecho histórico que provocó que más de 700.000 personas, según datos de la UNRWA, perdieran sus casas y sus tierras. Ante este hecho, la organización dirigida porEytan Bronstein Zochrot –palabra hebrea que significa “las que recuerdan”– trabaja para esta realidad sea conocida y reconocida por la sociedad israelí.


Para Bronstein es imprescindible “asumir responsabilidades sobre lo que ocurrió, no se trata sólo de un posicionamiento, sino de un reconocimiento”. Según el pedagogo y activista, este reconocimiento es necesario para que sea posible hablar de reconciliación, no de paz, “porque la paz se puede conseguir con un acuerdo político pero la reconciliación es algo más profundo”, algo que se da entre las personas y que es necesaria para convivir.


En este sentido Bronstein mostró imágenes y planos que atestiguan la destrucción de las aldeas palestinas, así como la colonización israelí. Asimismo, detalló las actividades de sensibilización que se realizan desde la organización Zochrot para el reconocimiento de estos hechos, tales como la creación de unidades didácticas y la edición de materiales y publicaciones. Además, llevan a cabo numerosas acciones públicas y de desobediencia civil, tales como la colocación de carteles con los nombres originales palestinos de las calles ahora ocupadas, marchas e intervenciones en el medio urbano.


Por su parte Mazen Qumsieh, presidente del Centro Palestino para el acercamiento de los Pueblos hizo un recorrido geográfico de las regiones que han ido siendo ocupadas por los judíos sionistas, “arrinconando a los palestinos en zonas pequeñas de territorio”. Según mostró el investigador a partir de las estadísticas de población “las colonias israelíes crecen desde 1992 a un ritmo demográfico que no es natural, sino que se traslada a personas a esas colonias”. Zonas que son importantes en cuanto a recursos naturales y “muy especialmente el agua”.


Qumsieh también explicó que actualmente hay 250 mil personas de origen palestino “que viven en el interior de la línea verde pero que no existen y no pueden ejercer sus derechos, incluso teniendo pasaporte israelí”. En este sentido, el activista afirmó que se está dando una “Despalestinización de Jerusalén” y que el comportamiento de la sociedad y el gobierno israelí “es equiparable al trato que recibieron los indios nativos americanos o al Apartheid en Sudáfrica”, donde la población fue relegada a barrios o zonas apartadas y restringidas. “El movimiento sionista desde finales del siglo XIX es un movimiento racista, puro y duro, que distingue a unos de otros y otorga diferencias de trato porque, ‘lo superior’ es ser judío, europeo y occidental”.


El dilema de los dos estados
A partir de la base sentada por las dos ponencias, la mesa redonda que puso punto final al simposio sirvió para reflexionar acerca de las posibles soluciones al conflicto entre palestinos e israelíes. En concreto los ponentes analizaron la solución propuesta por las Naciones Unidas en su ‘Hoja de Ruta’ aprobada en noviembre de 2003 de establecer dos estados, uno palestino y otro israelí, frente a la alternativa de “un solo estado laico de iguales”, tal y como señaló la moderadora Teresa Aranguren.


Ante este dilema, Raja Deeb, refugiado palestino en siria destacó que mucho más importantes que las Resoluciones, “son las voluntades” y que “la naturaleza racista del estado israelí es un punto fundamental” que obstaculiza las posibilidades de convivencia bajo un mismo estado. En este sentido, el oficial de la UNRWA Mahmoud El Ali, señaló que, lo que el gobierno israelí quiere crear es “un estado judío único y puro”, así que en realidad “Israel nunca ha tenido en consideración la solución de los dos estados”.


Estos impedimentos dificultan la creación de un estado palestino y un estado israelí separados porque, además “a Israel no le interesa definir sus fronteras, llegará hasta donde le dejen”, subrayó Teresa Aranguren. Según la periodista, “Palestina ya casi no tiene tierra, con lo cual Israel ha destruido esta posibilidad”.


Ante esta situación, los participantes en la mesa apelaron a la presión por parte de la sociedad civil y al apoyo internacional. Buena muestra de ello será la Marcha por la Libertad de Gaza que se celebrará a finales de este mes y en la que participarán activistas de todo el mundo, tal y como destacó Mazen Qumsieh.

La opinión pública tiene que recordarle a Israel que “deben acatar los acuerdos internacionales, respetar la legislación internacional y los derechos humanos”.


El simposio ‘Las políticas en Oriente Medio: Mitos y Realidades II’ que concluyó ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, está organizado por la asociación Cultura, Paz y Solidaridad en el marco del VI Festival Interpueblos. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y de los Ayuntamientos de Leganés, Alcorcón, Fuenlabrada y Parla, gracias a los cuales la asociación ha podido lanzar esta actuación integral de sensibilización.


Para más información y gestión de entrevistas puede contactar con:


Lina Ávila, Comunicación
Cultura, Paz y Solidaridad
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