Ni una línea en la prensa de ámbito nacional, ni una palabra en los telediarios.
La suerte de más de 1700 familias damnificadas por el viento rojo y por las lluvias torrenciales no ha sido noticia.
Mucho peor que en el infierno
"Normalmente, el campo de refugiados de Smara es como estar en el infierno. Sin embargo, después de las inundaciones, será muchísimo peor". Estas son las palabras de Pura Rodríguez, presidenta de la asociación Smara de Castellón y que vive "con mucha preocupación" la situación de los 40.000 refugiados saharauis en Tinduf, Argelia, que han visto cómo 1.400 viviendas han sido seriamente dañadas o destruidas por las inundaciones debido a las intensas lluvias caídas en la zona el pasado domingo. (...)
La situación de estos campamentos es, si cabe, más difícil que nunca. La precariedad de sus construcciones y la falta de infraestructuras hace que el caos reine en la zona. "Allí no suele llover mucho, pero cuando lo hace, provoca mucho daño.
Lo han perdido todo.
Además de sus casas, que normalmente están hechas de adobe y no soportan demasiado el viento y la lluvia, los animales como las cabras y las gallinas, que les dan sustento, han muerto", señala.
Por fortuna, el desastre meteorológico no se ha cobrado ninguna vida, ya que "al ser una zona muy seca, ellos intuyen en seguida cuando va a llegar el agua y se encargan de ponerse a salvo antes de que les pueda ocurrir nada malo", añade.
Numerosas familias han perdido su aprovisionamiento de alimentos del Programa Alimentario Mundial y otras organizaciones humanitarias. Ante este panorama, la Media Luna Roja saharaui (CRS, siglas en francés) ha hecho un llamamiento a los gobiernos de los países donantes y a organizaciones internacionales para ayudar urgentemente a los campos de refugiados de Smara --con 40.000 personas y el más damnificado-- y de Auserd, en el que más de 300 viviendas han sufrido serios desperfectos.
La CRS denuncia, además, que el departamento de ayudas humanitarias de la Unión Europea todavía no ha enviado los recursos aprobados a los campos de refugiados ubicados en Argelia.
Esta catástrofe natural se suma a los problemas humanitarios crónicos que vive la zona y que "van cada vez a peor", señala Rodríguez. "Al principio les mandábamos comida y ropa. Desde hace varios años, sin embargo, solo quieren que enviemos alimento; prefieren que el peso que ocupaba el tejido en el envío lo sustituyamos por productos comestibles". Con las inundaciones, estos envíos, que tradicionalmente se hacían entre abril y mayo, "se realizarán en enero".
LAMENTABLEMENTE, NO ES NOTICIA
Publicado por Desde mi ventana Etiquetas: CON LOS OJOS DEL CORAZÓN, ENVIADOS
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