El proyecto inicial de la nueva ordenanza de publicidad exterior aprobada el pasado jueves en por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha levantado una polémica importante, fundamentalmente, por la prohibición de los denominados hombres-anuncio.
Pero detrás del debate superficial, se esconde uno de los mayores ataques directos a la libertad de expresión de los últimos años, además de una agresión a organizaciones como las nuestras.
Aunque de una u otra forma alguna de estas medidas ya estaban reguladas, parece claro que con su puesta en marcha el Ayuntamiento pretende actuar contra las pegadas de carteles, el reparto de octavillas, la colocación de mesas para informar a los vecinos,… A partir de ese momento, el Ayuntamiento podrá reprimir y castigar a todos los que realicemos actividades que no sean de su agrado con multas de 600 a 30.000 euros.
La cuestión es ¿cómo vamos a convocar a nuestros vecinos a los actos que organizamos si prohíben nuestros métodos habituales?
Esta dinámica no es nueva. Ya alguno de nosotros hemos sido multados por hacer megafonía para una manifestación o por recoger firmas en una mesa colocada en la vía pública sin molestar a nadie, pero nunca ha estado tan clara la prohibición. En el franquismo, y muchos de vosotros lo conocéis bien, podían condenarte a varios años de cárcel por hacer lo que ahora prohíbe Gallardón. (...)
Ante este ataque, creo que desde las asociaciones y la FRAVM se debe realizar una protesta enérgica y hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar la aprobación de esta ordenanza. Aquí no hay lugar a la indiferencia y creo que no debe pasar ni un día más sin que exista un pronunciamiento oficial.
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