Vinieron a ganarse la vida y alimentar a sus familias en sus países de origen. Vinieron a trabajar...

Inmigración y crisis en Madrid.


JAVIER LÓPEZ

Vinieron llamados por el crecimiento económico. Vinieron porque los empresarios necesitan trabajadores y trabajadoras, a veces sin contrato. Vinieron a ganarse la vida y alimentar a sus familias en sus países de origen. Vinieron a trabajar...

...y de hecho su tasa de actividad es mayor que la de los españoles. Vinieron muchos y en poco tiempo. Resulta paradójico que algunos políticos pretendidamente liberales sitúen en la permisividad de las leyes y no en el mercado, el efecto llamada para las personas inmigrantes.

Porque es el mercado, el modelo económico de crecimiento, el que llamó a los inmigrantes para trabajar en la construcción, en el comercio, en la hostelería, en la ayuda a domicilio, en la limpieza de edificios y locales, en el trabajo del hogar.

Hoy el modelo ha quebrado, llevándose por delante el empleo en la construcción, el comercio, la hostelería, los servicios a las empresas. Tan sólo, las empleadas de hogar han actuado como refugio para mujeres inmigrantes y han visto crecer levemente su afiliación a la Seguridad Social.

El reciente informe sobre Inmigración y Crisis de CCOO de Madrid demuestra que la crisis ha contribuido a ralentizar la entrada y empadronamiento de inmigrantes. Además Madrid resulta menos atractivo, hasta el punto de que hace dos años vivían en Madrid el 22 por ciento del total de inmigrantes del conjunto del Estado, mientras hoy los inmigrantes en Madrid suponen el 19 por ciento del total nacional.

La crisis ha determinado la caída de la tasa de empleo de los inmigrantes. Si la tasa de empleo general ha caído un -4,5 por ciento, la de los extranjeros ha retrocedido en un -9 por ciento. Con una peculiaridad, los hombres extranjeros retroceden en un -17 por ciento en su tasa de empleo, frente al -3 por ciento de las mujeres inmigrantes.

También en el paro la tasa de paro de las personas inmigrantes es mayor y se encuentra en el 22,3 por ciento, con un crecimiento de 14 puntos, mientras que la media madrileña alcanza el 14,68 por ciento, con 8 puntos de crecimiento.

Las personas inmigrantes siguen procurando mantener su afiliación a la Seguridad Social. Su cotización sigue siendo esencial para no perder su situación de regularidad en España y es una parte importante del mantenimiento del sistema de pensiones, si consideramos que el 13,9 por ciento de los cotizantes a la Seguridad Social son extranjeros.

La crisis ha contribuido a que sus salarios medios se hayan debilitado. En 2008 su salario medio mensual era de 1012 euros al mes, que ha pasado a 903 euros en 2009. Esta cifra es poco más del 40 por ciento de la media salarial de 2.184 euros al mes de los trabajadores autóctonos.

Si decíamos que las mujeres cobran un 30 por ciento menos que los hombres, los inmigrantes cobran el 40 por ciento de los salarios medios madrileños.

Este retroceso salarial y el aumento del paro han conducido a que las remesas de dinero de las inmigrantes a sus familias, en sus países de origen, hayan pasado de 2.123 euros/año en 2007, a 1.782 euros de media en 2008.

No es extraño que las persona inmigrantes vean ante sí un futuro más negro. El 41 por ciento de los inmigrantes valoraba en 2007 la posibilidad de establecer aquí su proyecto de vida, mientras que en 2009 ya sólo el 23,7 por ciento de los inmigrantes valora como viable esa posibilidad.

Han venido porque las empresas y la economía han reclamado su trabajo con contratos más precario, más temporal y peor pagado. La crisis ha barrido muchos de aquellos empleos para mujeres, jóvenes, inmigrantes.

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