El cartel muestra cuatro niños con los brazos en alto y un eslogan vistoso sobre sus cabezas: "Defiende la escuela pública, democrática, participativa y laica". El dibujo, de aire setentero, cuelga de una de las ventanas del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, que acaba de construir su primer colegio concertado. El Ayuntamiento, gobernado por Izquierda Unida, justifica que es un camino intermedio ante la falta de fondos de la Comunidad de Madrid para más centros públicos. Pero su decisión, la primera similar en un Consistorio de IU, levanta críticas de todos los sectores con los que comparte la defensa de la escuela pública.



La ciudad escolar, en la zona de Cristo de Rivas, aún no tiene nombre. Está en mitad de una zona en expansión, rodeada de viviendas sociales en construcción. Sobre una parcela de 200.000 metros cuadrados, se levantan tres edificios independientes con capacidad para 1.900 alumnos. El azul para infantil, el rojo para Primaria, Secundaria en el edificio verde. Incluye aulas amplias con posibilidad de desdobles, laboratorios, cafeterías e instalaciones deportivas abiertas al futuro vecindario, recibidores inmensos y un acceso independiente para que no se atasque la calle.

"¿Ves? Lo hemos construido con los criterios de los centros públicos, sin piscinas ni excentricidades". Al concejal de Educación, Pedro del Cura, le toca el papel de defender el primer colegio concertado en su territorio. Su modelo varía de la fórmula oficial. El suelo es del Ayuntamiento, como en todos, pero también el edificio, construido y financiado por la empresa municipal de vivienda, que ha invertido 23 millones de euros. "Si el edificio es nuestro, podremos tutelar más el proyecto", asegura Del Cura.

Mientras recorre pasillos y aulas de amplios ventanales aún sin muebles, repite varias veces el mismo argumento: "La consejería no nos ha dado opciones. No quieren invertir en centros públicos". Sindicatos y asociaciones de padres de alumnos también acusan a la Comunidad de Madrid de cerrar el grifo, pero al mismo tiempo reprochan la decisión del Ayuntamiento como un ataque a la escuela pública. "Tendrían que haber peleado más antes de aprobar esta vía", reflexiona Alfonso Martín, de la FAPA (Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos) de Rivas. Y añade: "El problema es que según quién lo gestione, puede ser una bomba". Una "bomba" que segregue, con proyectos ultrarreligiosos o cuotas desorbitadas.
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Recuperar Madrid

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Como en las escuelas infantiles en Leganés.

GUERRAS OLVIDADAS