Andalucía aprueba un decreto para reparar a las mujeres vejadas por el franquismo

El primer paso, desde el punto de vista institucional y legislativo, lo ha dado la Junta de Andalucía, que indemnizará a estas mujeres con 1.800 euros. “Nuestro objetivo es resarcir esas vejaciones, que eran una violencia específica contra las mujeres; a un hombre no lo rapaban ni lo paseaban desnudo o con una bata blanca, como si estuviera loco, ni le daban aceite de ricino para que se le soltara el vientre”, explica el comisario de Memoria Histórica de la Junta, Juan Gallo.

La Consejería de Justicia de Andalucía quiere reparar a las mujeres que, por razones políticas, fueron vejadas por el franquismo, ya que considera que “las mujeres sufrieron una represión aún mayor, si cabe, que la que sufrieron sus compañeros y que ellas además constituyeron uno de los pilares básicos para que muchas familias destrozadas por la barbarie franquista pudieran sobrevivir, gracias a su valor, entereza y coraje”.

Así mismo, afirma que “este será solamente un primer paso tras el que en un plazo breve se promulgaran otros Decretos que continuarán avanzando con el resarcimiento a las víctimas”.

Más de 600 mujeres fueron represaliadas sólo en la provincia de Sevilla durante el franquismo, según los cálculos del historiador José María García Márquez, que tiene contabilizados ya 477 expedientes. El mayor número de violaciones, mujeres rapadas y asesinatos se concentra en la provincia sevillana, según consta en los archivos municipales, “pero no hay una cifra de toda Andalucía”.

Casada, entre 19 y 40 años, de profesión: sus labores. Éste era el perfil de la mujer perseguida por el fascismo. Solían entrar en prisión acusadas de rebelión o sedición militar. Algunas, simpatizaban con el ideario republicano. Otras sólo eran familiares de militantes. Pero no todas eran activistas. Hasta 1950, el 4% de los juicios de los tribunales militares fueron a mujeres, según la investigadora Pura Sánchez. Apenas hay datos. Algunas fotografías de mujeres rapadas y encarceladas. Las que sobrevivieron no se atrevieron a contarlo.

Ya existe un decreto en Andalucía que concede indemnizaciones a los ex presos y represaliados por el franquismo, tanto hombres como mujeres. Pero el 95% de las 2.742 ayudas concedidas hasta ahora han ido a parar a manos de varones. De ahí que Justicia intente ahora destapar la persecución contra las mujeres.

El problema en muchos de estos casos es la falta de documentación para acreditar los escarnios a los que fueron sometidas. Justicia aceptará cualquier “medio” que sirva para atestiguar los ataques y una comisión de valoración integrada por personas expertas se encargará de analizar cada una de las solicitudes que se presenten para que se puedan tramitar las indemnizaciones.

Varias organizaciones han reclamado que las víctimas de vejaciones, en su mayoría de edades muy avanzadas, tengan que aportar “cualquier medio de prueba admitido en Derecho”, ya que esto en buena parte de los casos, es imposible.

Documentos



La profesora Pura Sánchez en su libro “Individuas de dudosa moral”, sobre la represión de las mujeres en Andalucía (1936-1958), reconstruye el clima de acoso y estas prácticas represivas a través de los expedientes de los tribunales militares, completados con otros documentos y con testimonios vividos.



Uno de los pocos documentos gráficos que dan fe de estas atrocidades, es la fotografía de las mujeres de Montilla (Córdoba), obligadas a pasearse cantando el “Cara al Sol” y saludando brazo en alto, al estilo fascista. Esta fotografía ilustra la portada del libro “Los puños y las pistolas”, de Arcángel Bedmar.



A veces, los abusos eran tan extremos y descarados que llegaban a los tribunales militares. Así, más allá de los testimonios orales, los expedientes militares son las escasas pruebas documentales de la barbarie, muchas veces aireada por las luchas entre los falangistas. ...

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