Reunión del Estado Mayor franquista. Leganés a 23 de noviembre de 1936



La rebelión del 18 de julio de 1936 de buena parte de los militares durante la II República hundió a nuestro país en una larga guerra civil.

Muchos historiadores, ensayistas, políticos, militares,... se han preguntado por las razones que llevaron a esta asonada militar a convertirse en una guerra tan larga y destructiva.
Hoy por hoy no existe una explicación que satisfaga a la mayoría de los estudiosos de este periodo. Sería pretencioso por mi parte pretender encontrarla en este artículo, pero si quiero recordar que fue en Leganés donde se manifestó por primera vez la renuncia franquista a tomar Madrid como primer objetivo militar; lo que originó la extensión en el tiempo y en el espacio de la guerra.



Desde que las tropas rebeldes del ejército de África pisan tierra peninsular, comienza un acelerado avance en dirección a Madrid por la ruta extremeña, más segura que la andaluza al contar con el apoyo de Portugal.
En su avance, las columnas de regulares y de la legión al mando del falangista Yagüe, apenas encuentran resistencia; y allí donde la hubo, en Badajoz, se saldó con una terrible y brutal represión. De esta forma, el 21 de septiembre Franco se encontraba en Maqueda, a 75 km de la Puerta del Sol.

En ese momento Franco adopta una de las decisiones más controvertidas de toda la guerra: detener el avance hacía Madrid y acudir al socorro de los rebeldes sitiados en el Alcázar de Toledo. Hasta ese momento el golpe se regía por los principios “clásicos” de las asonadas militares: golpe militar, suma de adhesiones; conquista de Madrid; control político y administrativo del Estado; cambio de régimen.


¿Qué pasó para que Franco tomara esa decisión tan sorprendente? Incluso Yagüe, el general que había dirigido las tropas africanas y que siempre se destacó por su fidelidad a Franco, se muestra contrario a esa decisión, porque piensa que Madrid era un objetivo asequible en ese momento. Esto le costará perder el mando en la vanguardia de las columnas “africanas” del ejército rebelde, que pasara al general Varela, y verse relegado a funciones menores en retaguardia. Han sido muchas las explicaciones que se han dado a este cambio de rumbo, pero no hay que olvidar que el 21 de septiembre, en Salamanca, la Junta Militar rebelde decide a propuesta de Kinderlan y de Mola nombrar a Franco jefe de estado, jefe del gobierno y “generalísimo” de los ejércitos. Ahora bien esta propuesta no cuenta con el consenso de toda la cúpula militar rebelde, pues Cabanellas se opone. Además, en principio, el nombramiento tiene plazo de caducidad: hasta el final de la guerra.



Esta coletilla no gustó nada a Franco y exigió su eliminación. Y la mejor forma de presionar era jugar con la mejor carta con la que contaban las tropas rebeldes: las columnas “africanas” retrasarían el asalto a Madrid.Madrid estaba verde aún para los intereses personales de Francoy con el apoyo de Italia y Alemania, la capital acabaría madurando más tarde o más temprano.
El primero de octubre, Franco toma posesión de su cargo como jefe de estado de la España rebelde sin condicionantes y con el apoyo de Alemania e Italia. Inmediatamente, el 6 de octubre, anuncia la ofensiva contra Madrid y el 19 se ordena el ataque (a vísperas de la celebración del II Consejo Nacional de Falange). En este mes, las tropas leales y gubernamentales pudieron reorganizarse y presentar cara a las tropas rebeldes que no pudieron unir y coordinar las columnas “africanas” de Varela con las del “norte” de Varela.



Las columnas de Varela avanzaron rápidamente y el 4 de noviembre entran en Leganés, Getafe (con su aeródromo) y Alcorcón.
La línea de fortificaciones y búnkeres que se extendía entre Fuenlabrada y Leganés no supusieron ningún obstáculo para los rebeldes.
Para ese día muchos vecinos de Leganés se encontraban ya refugiados en Madrid huyendo del terror y el pánico que provocaba el avance de los soldados y mercenarios de Franco.
Por el otro lado Mola está batallando en la Casa de Campo. Con las tropas instaladas en los alrededores de Madrid, el día 6, Franco lanza una proclama a los madrileños invitándoles a la rendición. Ese mismo día, el gobierno republicano se retira a Valencia y el general Miaja se hace cargo de la defensa de Madrid. Todo parecía perdido, pero la heroica defensa de la capital detiene la ofensiva rebelde a pesar de los bombardeos de la aviación alemana de la Legión Cóndor.



En esta situación, de nuevo un evento político se cruza en la ofensiva rebelde.
El 21 de noviembre se celebra el III Consejo Nacional de la Falange, el de la unificación de todas las fuerzas políticas que apoyaron el alzamiento rebelde. El líder de la Falange había sido fusilado el día anterior: Franco era ya el indiscutido y único líder, tanto en su vertiente política como en la militar.



Así, el 23 de noviembre, una vez que todo estaba atado y bien atado para sus intereses políticos,Franco acudió al frente de Madrid por primera vez desde que fuera nombrado Jefe del Estado.


Franco, acompañado de su jefe de estado mayor, Martín Moreno, viajó desde Salamanca a Leganés para mantener una reunión a la que asistieron los generales Mola, Saliquet, Varela y sus respectivos estados mayores, y que se celebró en el puesto de mando que Varela había instalado en Leganés, en una de las casas de la actual plaza de España.


En esta reunión se decidió suspender la ofensiva de Madrid y centrarse en otros objetivos militares. Veintinueve meses más tarde los rebeldes lograron que Madrid se rindiera (nunca fue conquistada) por medio del engaño y la traición.
¿Fue el primer contrapié serio de Franco en la guerra?, o ¿se optó por otro modelo de guerra?


© Francisco Arroyo Martín. 2009


Para citar este artículo desde el blog:
ARROYO MARTÍN, FRANCISCO.
Reunión del Estado Mayor franquista.
Leganés a 23 de noviembre de 1936.
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